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Caso de Estudio:

De vender guías de $2 dólares a construir un flujo de caja de $24,000 al mes

Un ‘hobbie’ que se convirtió en una academia de nombre internacional

Crear activos es uno de los fundamentos básicos para mantener a flote una empresa. Y puede parecer interesante, pero hoy en día, los activos digitales son uno de los recursos más económicos y rentables.

Para que puedas entenderlo…

Cualquiera puede crear y vender un curso digital.

Cualquiera puede escribir y vender una guía o instructivo.

Cualquiera puede crear contenido de pago y vender a su audiencia.

Las matemáticas no fallan. Crear y producir un curso, ¿cuánto puede costarte? A lo sumo unos 10 dólares si necesitas alojar tu contenido en la nube. Si sos rápido, hasta podrías grabar todo en un par de horas.

Crear activos digitales tiene costo cero

¿Y distribuir todo el contenido? ¿Cuánto costará?

Si tenés una audiencia, $0.

10 ventas a un valor de $27, da un total de $270.

Multiplícalo por varios ceros y notarás una gran diferencia. Ese es el verdadero poder de los activos digitales. Pero lo que te voy a contar a continuación, es algo que te abrirá los ojos.

(Imágenes y datos de referencia. Todos los logos e imágenes son puramente ilustrativos y de fantasía.)

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y quiero que sepas que crear activos digitales es sumamente importante para cualquier empresa o marca personal. De hecho, es algo en lo que trabajamos con 6 de cada 10 clientes.

Porque el flujo de dinero siempre será positivo.

(Costo cero, rendimiento bruto.) 

Este caso de estudio es una gran auditoría

Decidí reunir todos mis conocimientos, estrategias, y metodologías de la época en la que trabajé de forma freelance. No tuve mejor idea que preparar guías, libros digitales y diferentes formatos de contenido para vendérselo a mi público objetivo.

Amaba la redacción publicitaria. 

Y mi propósito era esparcirla por toda Latinoamérica.

Empecé por la creación de una cuenta en Instagram. Después de experimentar con anuncios pagos, convertí un simple ‘hobbie’ en una comunidad que rozaba los 22,000 integrantes.

14 días después lancé mi primer producto.

Una guía de 7 páginas a $2 dólares. 

Ca-ching — entró la primera venta.

Brr… suenan las notificaciones del teléfono. 7 horas desde que había publicado mi producto, y ya había recibido más de 4 ventas. Era todo un hit.

Del éxito al fracaso hay un milímetro de distancia

Esos $8 dólares representaban todo un logro en ese entonces. Era mi primer lanzamiento, y la gente adoraba mi producto. Pero seguía siendo básico. Y las comisiones del procesador de pagos se llevaban una gran porción de mis ganancias. 

4 días después del lanzamiento no solo tenía un activo que me generaba x3 de mi inversión en pauta todos los días. Sino que había logrado convertir mi idea en un producto probado.

Decidí agregar varios upsells llevando esos $2 dólares a unos $8 finales.

Vamos, con este nuevo cambio, estaba invirtiendo unos $13 dólares al día en publicidad, que me generaban unos $55 de beneficio neto. Para solo probar una idea, era algo fenomenal.

(Solo haz los cálculos con tus propios números. Los activos digitales son extremadamente rentables — y eso que aún no hablamos de escalarlos.)

De guías a producción de cursos on-demand

La idea funcionaba. Solo que necesitaba incrementar esos números para lograr automatizar todo el negocio. En sí, todo marchaba bien.

Nos encontrábamos en pleno 2020. Todo el mundo estaba encerrado tras la pandemia que afectó a todo el mundo. La educación digital estaba en pleno auge, y ese era nuestro momento para afianzar la presencia de nuestra marca.

Lo bueno de liderar un equipo es que siempre estás trabajando con gente más inteligente que vos. Ya para esos tiempos los flujos de caja daban positivo como para solventar el pago de dos empleados. Todo funcionaba.

Aprovechando el auge, decidimos lanzar dos cursos sobre el mismo tópico que las guías. Lo producimos (y lanzamos) en menos de 2 semanas.

Repetimos el proceso creando dos nuevos activos.

En poco tiempo habíamos logrado un flujo de caja que variaba desde los $6,000 a los $8,500 dólares mensuales — y todo con la venta de 3 productos.

Crecimiento por todo LATAM

El dinero nunca fue el propósito de esta idea de negocios. De hecho, todo comenzó como un diario personal en el que publicaba mis sucesos e historias en la redacción.

Pero cuando empecé a sumar personal a mi equipo, habíamos creado una audiencia de más de 40,000 fanáticos a lo largo de toda Latinoamérica.

Abandonamos el modelo low-ticket para enfocarnos en los productos de alto valor. Ya habíamos asegurado todos los rincones económicos de nuestra audiencia, y era hora de aumentar los precios.

Eso nos impulsó a nuestra próxima gran idea.

Lanzar una certificación universitaria con aval oficial

Este fue uno de los pasos más arriesgados, porque no solo estábamos creando un temario universitario. Sino que estaríamos ofreciendo una gran bolsa laboral para todos nuestros estudiantes.

Logramos convertir mi pequeña idea de negocios en una gran certificación que costaba unos $2,000 dólares per capita. Lo que para mi empresa, representaba un flujo de caja de unos $24,000 al mes sumando todos nuestros activos.

Mi trabajo está hecho

Además de varios conflictos internos, noté que estaba apareciendo un error fatal que jamás podría perdonarme. La gente comenzaba a relacionar la empresa con mi propia imagen personal. Era como si ambos no pudieran coexistir al mismo tiempo sin la presencia del otro.

Tras varios meses de planificación y desapego de mi propia imagen, decidí tomar la decisión final e irme de la empresa. Todo para emprender nuevos rumbos y continuar trabajando con mi actual equipo profesional.

A día de hoy, los números continúan con creces. Y estoy muy contento de saber que el propósito que inculqué desde el día uno sigue siendo respetado. 

Porque no solo se trata de dinero

Sino que se trata de impartir nuestros conocimientos y experiencias a todas las personas que se interesan en nosotros. Y al fin y al cabo, siento que mi rol se cumplió al cien-por-cien.

En resumen

Diversificar es una de las claves del éxito. En la empresa también tuvimos que crear productos físicos para lograr afrontar meses de sequía. Si nos hubiéramos preparado de antemano, podríamos haber revertido los meses negativos.

Tu empresa podría generar nuevos rendimientos al invertir en activos digitales. No es necesario que sea un curso, guía, o contenido de pago. La monetización es más que sencilla, y hoy en día, se pueden crear activos hasta con pequeñas plantillas.

Las campañas publicitarias son muy necesarias. Sin ellas, solo nos quedaríamos con la venta de público orgánico, y eso representaba solo un pequeño porcentaje de nuestras ganancias.

Y sobre todo…

Se necesita un experto que planifique y organice los activos.

Diversificar es la clave.

E invertir en nuevos horizontes es el éxito. 

Pero jamás hubiéramos crecido la empresa sin habernos posicionado como una verdadera autoridad en nuestro nicho. Por eso fue que decidí tomar las mejores experiencias y aplicarlas con mis propios clientes luego de mi partida.

Es bueno saber que tu negocio está en buenas manos.

Hasta acá llegamos.

Maximo Ramos: Co-Fundador de Trescuadras

Maximo Ramos: Co-Fundador de Trescuadras

Redactor publicitario y estratega digital. Autor de "Redacción Persuasiva", el primer libro de copywriting de habla hispana.

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